UN SEGUNDO
Lobreguez, mirar sabes al menos tú, que no quiero.
Rojos, amargos, silenciosos en ti se ven mis ojos,
De negras lagrimas manchada mi melancólica alma
Sé, que de sangre no son más, ojos moribundos.
No son más tus derramantes lágrimas, sangre,
Hoy el amor se fue, simplemente son paz,
Con agudo dolor, piel queman, duelen mucho,
¡Saben tanto! Terribles cosas no quiero mirar.
Mi alma se cansa, se quema puramente en llama
Mortales son, desaparecen mis tierras días
Se agotan, no podre más con un peso enorme,
El espíritu al mundo mío, así es llamado.
Por tus nombres brutos, tú lo llamaras,
Así, tu propio mundo llamaras…
Autor: Mendernesto.
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